Máximo Blostein es un porteñazo que apenas pasó los sesenta. Nació al lado de la cancha de Argentinos Júniors y a los 9 llegó a Ciudadela, para recalar hace ya 25 años en el barrio de Belgrano. Buen jugador de fútbol, sigue los campeonatos y desde hace unos años sin sufrir: Vélez Sarsfield está siempre prendido arriba.

Máximo, además, es un buen letrista de tango y despunta el vicio entre otros con el escriba de esta página en el taller de letristas de la Academia Nacional del Tango que, luego del alejamiento no deseado de Alejandro Szwarcman, coordinan el profe y músico Alejandro Martino y por estos días Ernesto Pierro, el creador de "Calle Butteler" para más datos.

De su producción en el taller rescatamos "El duende del salón", una letra de tango todavía sin música que apunta y llega seguramente al espíritu de los milongueros aquí va la letra:

El duende del salón

Se puso el antifaz
el duende del salón
rodaba en su mirar
helado resplandor
un tango sin doblez
despliega su emoción
se enreda entre los pies
derrite al corazón.

Salgamos a bailar
la noche tiene fiin
y huele a soledad
la luz de tu carmín.
Retazos de piedad
pongamos al vivir.

Así
muy juntos nuestros cuerpos al compás
serán como banderas que al flamear
nos guían hacia un ancho amanecer
así
unidos por un álgido temor
buscando amparo a nuestra desnudez
nos damos al calor del bandoneón
después
habrá un silencio duro y sin domar
igual que yo te perderás al sol
cargando otra quimera que se va
después
seremos dos fantasmas de papel
y el duende del salón se esfumará
sonriendo …