Éste "Bandoneón" no es el titulo de un tango, sino de un poema lunfardo del gran "negro" Celedonio Flores. Lo poco conocido de esta creación no apaga su brillo poético, que no ha recurrido a una sola palabra forzada o rebuscada para "salvar" el verso. Octosilábica, esta letra te sitúa inconfundiblemente en Buenos Aires, su suburbio, y en la entraña de la vida porteña cuando los tangos y estas letras la pintaban.

Dulcemente entre sus manos
te desdobla acompasado
el bacán que te acamala(*)
y te sabe hacer llorar,
y tu llanto es un rezongo
dormilón, amilongado,
es el alma del suburbio
que se pianta en tu teclear.

Es la pena de una mina
que dejó la vieja sola,
es la bronca de un otario
amurado con su amor,
es el llanto de una madre
con el hijo en la gayola,
la tristeza del suburbio
rebosante de dolor... 

Es el sueño de una noche
que un rendido canillita
descabeza amoratado
guarecido en un portón,
es el canto con que arrulla
una buena madrecita
a una piba que no duerme,
paliducha y enfermita,
en el triste conventillo
tan mistongo y tan tristón.

(*) te acamala: te guarda-te carga

Celedonio Flores -fragmento de "Todo Tango.com"-: nació en Buenos Aires (3/8/1896-28/7/1947) en el barrio de Villa Crespo y fue, al mismo tiempo, poeta culto y popular y bohemio y boxeador...

Gardel grabó 21 temas del negro Cele, y uno de los mayores éxitos de toda su trayectoria: "Mano a mano". Entre los otros títulos sobresalen las letras de "El bulín de la calle Ayacucho", "Malevito", "Viejo smoking", "Mala entraña", "Muchacho", "Viejo coche", "Atenti, pebeta", "Pobre gallo bataraz", "Si se salva el pibe" y "La musa mistonga”.

Sufrió como pocos la férrea censura gubernamental sobre las letras de tango, de las que se suprimía todo término lunfardo y cualquier referencia social o moral que se considerara distinta de los valores que buscó imponer el golpe militar de junio de 1943. La censura se diluyó, pero Celedonio no vivió para gozar el nuevo tiempo.

Así creaba según sus propias palabras: “busco un pedazo de vida, la vivo intensamente en mi interior, la tomo en serio y despacito, y con cuidado, y voy haciendo el verso. Como he vivido un poco, como he dado muchas vueltas, como conozco el ambiente canalla, tengo la pretensión de vivir mil personajes”.