Este trabajo fue presentado por Oscar Prada Domecq en el 5º Congreso Latinoamericano de Folclore. Aquí se publican los fragmentos más salientes de una larga nota sobre técnica del baile de tango. A muchos les servirá. Una advertencia: el autor dice que el compás de tango es de 4x4 y ciertamente es así: una corchea para cada tiempo. El archidifundido compás de 2x4 con el que se identifica habitualmente al tango ya no existe y cayó tempranamente -incluso antes de los años ´40- en un total desuso. Sólo los primeros tangos fueron musicalizados en compás de 2x4 (dos notas blancas por compás).

Las deformaciones en el tango danza actual
La deformación fundamental del tango danza actual es que se baila, en la gran mayoría de los casos, sin tener en cuenta el compás.

Porque ha surgido una forma de bailar que no permite que se tome el compás. Se sale -y se enseña a salir- con el pie derecho (el hombre) hacia atrás y se hacen cinco pasos, juntando en el quinto. Luego se continúa con tres pasos, juntando en el tercero.

El compás del tango es cuatro por ocho (cuatro tiempos, en corcheas en cada compás). Por esto el tango, tradicionalmente, se ha bailado con cuatro pasos, juntando en el cuarto, salvo si se ejecuta la corrida. Esto permite ir pisando los -cuatro- tiempos, un paso por tiempo.

Para bailar el tango no hace falta más que caminar con este núcleo básico de cuatro pasos, al compás. Bailar es moverse, desplazarse al compás de una música y, si esa música es el tango, se está bailando tango. Luego se le pueden agregar figuras. Pero lo fundamental es "caminar el tango" y eso significa dentro del compás.

Cuando el bailarín está hecho, busca encontrar el primer tiempo de cada compás con su primer paso (pie izquierdo), así no solo va marcando los tiempos, sino que también realiza cada núcleo de los cuatro pasos básicos dentro del compás. Para ello marca con más fuerza ese primer paso y casi automáticamente va a encontrar el tiempo fuerte de cada compás, que es el primero. Y así, cuando finaliza el tango, lo terminará justo con la última juntada de pies (cierre).

Como puede verse no permite bailar al compás el estilo con salida atrás de cinco tiempos. Esta salida se puede usar en alguna oportunidad como figura, sabiendo que se tendrá un problema con el compás, a resolver. Pero nunca como núcleo básico que se repite permanentemente, como se hace con los cuatro pasos.

 

El problema es un más difícil cuando se baila un tango de la Guardia Vieja o simplemente a  -Juan- D’Arienzo por ejemplo, donde por lo general el primer acorde dura un tiempo y medio, el segundo medio tiempo y los dos restantes uno cada uno. En ese caso el bailarín, si quiere bailar al compás, tiene que hacer un paso largo y lento (uno y medio), un paso corto (medio tiempo) para continuar con un tiempo y un tiempo. Esto es la corrida. También cuatro pasos pero con distintos valores y los marcan los músicos.

La incomodidad de bailar fuera del compás, hace que los bailarines se refugien en las figuras, para intentar disimular la falta de armonía entre la música y la danza. Al realizar permanentemente figuras sin "caminar" el tango, el compás desaparece y se ve una danza híbrida, que se ejecuta con música de tango de fondo,  pero que podría ser la Marsellesa. En el tango tradicional, luego de cada figura se debe "caminar" para recuperar el compás, que en la figura pudo haberse diluido un poco.

En los años cincuenta, a los que hacían puras vueltas se les llamaba calesiteros y a los que hacían solamente figuras, sin cortarlas con caminatas, verduleros.

El abrazo
Otro elemento fundamental en el tango tradicional es el abrazo. El hombre debe tomar bien a su compañera, con fuerza, con decisión, pero a la vez con suavidad. La pareja debe arrimarse la cabeza y el torso, separándose desde abajo del pecho, dejando un lugar entre los pies de ambos que permitan  el mejor caminar y realizar figuras. No se apoya la cara contra la cara como en el bolero, sino la frente del lado derecho del hombre con la parte izquierda de la frente de la mujer.

Mientras se baila el tango, los bailarines están metidos en la música y funcionan como si fueran parte de la orquesta. En esos momentos no existen otros intereses que el de bailar armónicamente, entregados uno al otro.

En el tango debe estar presente la sensualidad en los movimientos, no la sexualidad.

Debe ser una danza totalmente espontánea, de permanente creatividad. Si se quiere bailar el tango como es debido, se debe llegar a la pista sin saber que es lo que se va a hacer. Y no son pocas las veces que durante el baile surgen pasos nuevos. Si uno se los acuerda, los incorpora y se los tiene en el arsenal.

El tango, cuando está atado a una coreografía predeterminada, resulta una danza mecánica, donde los bailarines van atados a determinados pasos sin poder expresar lo que en ese momento sienten.

No es lo mismo que un bailarín baile con una mujer o con otra, aunque ambas sean excelentes bailarinas. Lo fundamental es la comunicación que entre ambos se establece. Si la hay, habrá  un hermoso tango bailado, aunque solo lo hayan caminado.

Debe lamentarse que el hueco que ha dejado una generación sin tango, haya deteriorado la transmisión de la memoria del baile del tango.

(Publicado en la revista Club de Tango Nro.24)