Ernesto Pierro (1º de marzo de 1951), fana de San Lorenzo y del barrio de Boedo, ha escrito tangos casi toda su vida. Lo sigue haciendo y es musicalizado e interpretado por los grandes compositores. Calle Butteler es, entre otras, una de sus piezas musicalizada por Mario Valdéz, con repercusión tanguera. Al escriba de "Tomás Buenos Aires", Ernesto lo desazna en el taller de letristas de la Academia Nacional del Tango. Va el saludo para él desde aquí.

En "Las Tangueras", Pierro se adentra en el lado femenino del tango. Sobre todo en el costado femenino del baile de tango, de la milonga. Y, como advertirán las percantas -sobre todo- y los varonazos, lo hace con justeza y, más que eso, con sentimiento.

Destacando no sólo la participación en cantidad de las mujeres tangueras en el género, sino la importancia del indispensable rol de la mujer en el tango. "Algunas cantantes, las otras poetas; y muchas milongas diqueras también; les dijeron grelas, percantas, pebetas, pero es el de tangueras su nombre de ley". Para empezar nomás. Y ahora basta de introducción, aquí van  "Las tangueras": deténganse a disfrutarlo

"Palomas nocturnas con alas de tango,
cruzaron el fango como el gran salón,
las vieron en turbios fondines del Bajo,
y en Londres, Bruselas, París, Nueva York.

Algunas cantantes, las otras poetas,
y muchas milongas diqueras también,
les dijeron grelas, percantas, pebetas,
pero es el de tangueras su nombre de ley.

Tangueras...
de Maroñas y Saavedra,
de Pocitos y Pompeya,
de La Unión y Balvanera...
Tangueras...
con oleaje en las caderas,
en los ojos una hoguera
y pasión arrabalera...
Tangueras...
que detrás de las quimera
dolorosa del amor,
van dejando piel afuera,
enredado en las polleras,
en un tango el corazón.

Hermanas del canto, hermanas del "fueye",
capullos de seda por la gran ciudad:
el tango es el mundo por ser tan de ustedes
en alma, ternura y sensualidad.

Las vieron bailando la danza prohibida
-bien sé que a escondidas- por mil nueve diez,
las verán poniendo en tangos la vida,
en Marte y en Saturno por el dos mil cien".

 

De nada gente, de nada...