"Tango negro, tango negro,
te fuiste sin avisar,
los gringos fueron cambiando
tu manera de bailar”.

Hoy es el candombe más milonguero. Vibrante, marcado en el compás, movido y claro en su definición. Pegadizo y, por lo tanto, popular. Se lo baila como milonga y de ahí que muchos lo confunden con este ritmo. Pero es candombe, el más milonguero.

Los hombres y mujeres saltan de las sillas para bailarlo. Por esto los musicalizadores lo insertan primero en la tanda, descontando la inmediata respuesta del salón: todos en movimiento.

Bailando y a la espera del “borocotó, borocotó, borocotó, borocotó chas chas”, que surge como rarísimo estribillo de la canción y levanta el ánimo hasta de los mozos y de la señora del guardarropas, que también baila sin compañero.

Extraño, muy especial. No es una milonga aunque se baile como milonga y tampoco es tango como su nombre, “Tango negro”, lo presenta.

Su autor, Juan Carlos Cáceres, nacido aquí en 1936 y radicado en París hace ya muchos años, es profesor de Historia del Arte, pintor, músico pianista y cantante y compositor de música popular.

Su línea es reivindicar la vertiente negra del tango, su componente africano como parte de la fusión que originó la música de Buenos Aires. Cáceres es autor, también de “Tocá Tangó”, “Murga argentina” y “Utopía”. Excelentes: ritmo y letra genuinos.

“Tango negro”, candombe, es un rescate legítimo de esos orígenes del tango, por eso toca a la sensibilidad de la gente a través de su ritmo simple, encendido y convocante.

Fue escrito por el autor en París hace siete años y aquí va la letra que toda la gente de la milonga, percantas y varonazos, tararean mientras bailan:

"Tango negro, tango negro,
te fuiste sin avisar,
los gringos fueron cambiando
tu manera de bailar.

Tango negro, tango negro,
el amo se fue por mar,
se acabaron los candombes
en el barrio ‘e Monserrat.

Más tarde fueron saliendo
en comparsas de carnaval
pero el rito se fue perdiendo
al morirse Baltasar.

Mandingas, congos y minas
repiten en el compás,
los toques de sus abuelos
borocotó, borocotó, chas, chas.

Borocotó, borocotó borocotó,
borocotó borocotó, borocotó, chas, chas.

 Tango negro, tango negro,
la cosa se puso mal,
no hay más gauchos mazorqueros
y Manuelita que ya no está.

Tango negro, tango negro,
los tambores no suenan más
los reyes están de luto
ya nadie los va a aclamar".