El título salió de la boca de quien posiblemente sea hoy un ícono viviente de la poesía tanguera porteña. Con 77 años insistió en que "Shakespeare era tanguero, porque sabía del hombre".
Este parentesco entre el tango y el genial dramaturgo inglés, es definido por el poeta y escritor rioplatentense al señalar que de la misma forma que el género musical de Buenos Aires, "Shakespeare, era un tremendo conocedor de la naturaleza humana".
Y sorprendentemente acotó que "Shakespeare era incluso más atorrante" que muchos de los autores tangueros.
Así lo aseguró ante un medio español durante un viaje a la península ibérica, donde anunció que podía sostener lo que decía con autoridad, al anunciar que precisamente está escribiendo un libro sobre Shakespeare.
Horacio Ferrer amplió sus conceptos al afirmar que "el tango puede hablar de todo, de Dios, de cualquier cosa, del amor triunfal o de las cosas hechas añicos" y es por esto que “el género no podrá extinguirse nunca, porque las emociones no se extinguen”, ilustró.
Finalmente consideró que no solamente por esto el tango no corre peligro de extinción, “tiene muchas defensas, porque abarca cuatro formas de arte: el baile, la música, el canto, la letra” puntualizó. Y luego ejemplificó: "ni Frank Sinatra, con todo su sarcasmo, podría haber cantado un verso como ´si hasta el pelo de las manos, de la bronca me arrancó´”.