Tomás, el Buenos Aires, espera el tren al volver del laburo; es que el 168 lo dejó en Once más temprano que nunca y le da tiempo para relojear la pantalla de la estación. Dice la noticia “se viajará gratis en el subte si no funcionan las escaleras mecánicas por resolución de un juez”.

En medio del ir y venir apurado de la gente yendo y viniendo de los andenes Tomás neuronea ese título que no le cierra.  Viajar gratis en el subte porque las escaleras mecánicas no funcionan tiene menos relación que Moria con el Vaticano, se le antoja.

Más o menos es lo mismo –imaginate la situación calcula Tomás- que llegar al mostrador de plazos fijos y, porque el aire acondicionado no funciona, el coban te va a dar dos puntos más de interés… O llegar al primer piso de la paqueta Comuna de la calle Berutti y, porque la puerta de entrada está pesadísima, el pelado Larreta te debe rebajar el diez por ciento el costo de la boleta que vas a garpar…  O porque no funca el ascensor y hay que hacer escaleras, la milonga de la Región Leonesa  te va a servir el champán gratarola…

Las escaleras mecánicas del subte y viajar gratis… ni en Suecia ni en Alemania se animarían a hermanarlas, así que no da ni cerca en la Argentina desde que es Argentina.

Tomás deja la pantalla y se manda al andén; ya llega el tren que lo arrima a su piecita de Ramos Mejía al fondo… Arranca al rato el Sarmiento y la oscuridad de afuera le devuelve su imagen reflejada en las ventanillas del vagón. Ni se fija…,  no se puede sacar del mate lo de las escaleras mecánicas del subte…

Carbura cuánto tiempo le habrá llevado a su señoría rebuscar una sentencia como la que se mandó. Porque de una a ese tipo no le sale…, que no se la venga a contar a Tomás, muchacho de tablón en la cancha, nunca platea. Ni del gugel la saca...

Y entonces calcula que una muy poquita parte, pero parte al fin del sueldo de ese tipo, la paga él con la paliza cada vez más grossa que le dan con los impuestos… ¿Para que un juez pierda el tiempo rebuscando fallos?

Seguro – se le ocurre a Tomás- que a su señoría ni se le pasa por el balero una sentencia que obligue a que, si se traban las puertas giratorias de las comisarías y juzgados, los chorros no puedan volver a la calle.  

"La justicia ya sin venda a un corrupto le hace un guiño,
y acomoda el desaliño, del poder y del favor!
En un loco todo vale, un caniche acicalado
morfa más que un jubilado que no llega a fin de mes.
Y en la cruda indiferencia, entre el cólera y el curro...
Hay un juez que se hace el burro y también...
¡Hay un burro que hacen juez!"

                               Del tango de Eladia Blázquez "Argentina primer mundo".