A Astor Piazzolla lo salvó su brutal amor propio de hacer los arreglos a la música de “Último tango en París”, película que hoy indigna al cine a escala internacional.  Es que el director, Bernardo Bertolucci, confesó que la secuencia más caliente del filme de 1972 consistió en la violación de María Schneider por el otro protagonista, Marlon Brando.

Bertolucci confirmó que pactó con Brando que éste violaría analmente a la actriz en la escena de sexo lubricado con manteca, sin que la Schneider fuera avisada del alcance de la toma. El director exigía que en la secuencia ella "no interpretara su miedo sino que lo sintiera”. La actriz, ya fallecida por cáncer, calló mucho tiempo lo que debió vivir para llegar a una marquesina cinematográfica; tenía 19 años al momento de la filmación y Brando 48.

La música de “Último tango en París” fue escrita e interpretada por el músico argentino Leandro “Gato” Barbieri, muerto el 2 de abril último y ganador de un premio “Grammy” por los acordes de la película. Pero durante la filmación, además, el director Bertolucci convocó a Piazzola para que se convirtiera en el arreglador de la música de Barbieri. Astor se enojó por el carácter del llamado y, ya que estamos, de frente manteca plantó a Bertolucci. Años después, el mismo Piazzola se arrepintió de ese “no” que soltó su temperamento sin filtros.

Pasó que Bertolucci quiso agasajar al “Gato” Barbieri con el título de la película porque era argentino y porque era su amigo. Recordó que en el hotel “Lutetia” de París escuchó por primera vez la música de “Último tango en París” que, junto a las imágenes, pasaron a la historia del cine por su guión, su erotismo y las actuaciones actorales.

Bertolucci explicó que mientras se filmaba con el “Gato” Barbieri llamaron a Piazzolla para que hiciese los arreglos. El bandoneonista argentino puso cara de pocos amigos –no le costaba mucho- con el ofrecimiento y se paró de manos frente al famoso cineasta: “Yo no soy un arreglador, soy músico, me llamo Astor Piazzolla, goodbye”, fue la respuesta de Astor según contó el mismo Bertolucci quien decidió entonces llamar a Oliver Nelson.

Pero años después llamaron a la casa italiana del director de cine en Trastevere. Era Piazzolla que con la misma franqueza con la que se negó a arreglar la música de otro, confesó a Bertolucci que su negativa a participar de la película “fue uno de los más grandes errores de mi vida. Entonces le hice un homenaje” contó el autor de “Adiós Nonino”. Y en el mismo momento regaló al director de “Último tango en París” un disco simple de 45 rpm, grabado por el mismo Astor que tituló “El penúltimo tango”. Mayor pedido de disculpas, imposible. Piazzolla y Bertolucci consolidaron desde ahí una amistad que duró hasta el fallecimiento de Astor.

De vuelta a la caliente escena de sexo que después de años de conocer su entretelón se volvió más que polémica, Bertolucci ahora niega que María Schneider ignorara el contenido total de la secuencia. En cambio, antes de morir en 2007, la actriz afirmó a la prensa que esa escena directamente no estaba en el guión y que fue forzada a hacerla por lo que desde entonces llegó a detestar a Bertolucci y Marlon Brando.