Otra visión sobre la forma de bailar el tango. Que no es fácil de aprender, pero que significa un goce contínuo saber hacerlo. Lamentablemente en la edición se perdió la fuente de quien escribió las líneas que son utilizadas en esta nota como base. No hubo forma de recuperarla. Pero la tomamos como base, agregando letras propias, porque son útiles al contenido de esta página, muy seguida por los bailarines de la música de la ciudad.

El compás del tango, erradamente llamado de dos por cuatro, es en realidad de cuatro por ocho -cuatro tiempos marcados por cuatro corcheas en cada compás-. 

Esto permite ir “pisando” los tiempos, un paso por tiempo. Si se baila a compás, "caminar" el tango es fácil. Y es lo fundamental de esta danza a la que, de a poco, se le deben ir sumando las figuras, "caminando" al compás de la música.

Cuando el bailarín tiene oído busca "pisar" el primer tiempo de cada compás -el más fuerte- con su pie izquierdo, para lo que se impulsa con un poco más de fuerza para este movimiento que le permitirá percibir enseguida y casi automáticamente los tiempos fuertes de cada compás. Esta forma de bailar es lo que da la sobriedad y la belleza a la danza, permitiendo acompañar los compases fuertes con los movimientos más marcados al tiempo de facilitar los "cierres" -paso final- juntando los pies. 

Quien baila fuera de esta búsqueda de "pisar" al compás, baila fuera de compás. Lo que los obliga a recurrir a las figuras para disimular la no armonía entre la música y danza.

Resultado: bailar sumando figuras sin "caminar" el tango, es decir artificiosamente y fuera de compás, promueve una danza híbrida con la que se podría bailar “La Marsellesa” con el fondo de bandoneones. Esto no es nuevo: en la época del apogeo del tango a los que hacían figuras en exceso se los calificaba de “verduleros” y a los que recurrían constantemente a los giros “calesiteros”.

Por último, el tango en la milonga, el que no es de escenario, se baila improvisando constantemente, creatividad pura. Quienes en las pistas milongueras se desplazan con coreografía memorizada, no bailan bien el tango. Más fácil, no lo disfrutan.