"A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires: La juzgo tan eterna como el agua y como el aire."
Jorge Luis Borges en Fundación Mítica de Buenos Aires

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El fraseo musical del tango

Sentimiento      2023-01-31 21:09:36


¿Qué hace a una música bailable?

Baile de tango      2022-05-10 22:56:13


Del escriba

Técnica

“El tango es una danza de alarde, pero no de soberbia. Se ejecuta en la pista de baile siguiendo una dirección preestablecida y en un espacio que debe compartirse sin adueñarse del ajeno.

Si fuera necesario definirlo en términos académicos podría decirse que es una danza social en pareja que consiste en movimientos conjuntos, sin coreografía establecida. En efecto, los recursos, los modos de caminarlo, figuras y combinaciones son infinitas.

Tanto como las diferencias de estatura, peso, volumen, tonicidad muscular, capacidad emocional y química de la pareja de baile, como la forma en que cada uno escucha la música de tango y puede dividir y subdividir el compás con sus pasos.

En el milonguero –el que se baila en las milongas-, uno de los estilos de tango, existen cuatro verdades: el abrazo, caminar, desplazarse en pista en el sentido contrario a las agujas del reloj y la improvisación. 

Se diría en principio que para que esta danza alcance un grado óptimo debe reunir elegancia, sensibilidad y juego. Lo que en otras palabras es la postura, cadencia y creatividad. La sutileza, el equilibrio, el desplazamiento cadencioso se gana con la práctica.

Resulta más difícil ejecutar movimientos en un estilo sencillo y prolijo, con cadencia, manteniendo la unidad de la pareja sin que decaiga la emoción y el disfrute, que lanzarse a las figuras de tango de escenario que no guardan relación ni con el espacio a que deben ceñirse los bailarines, ni con las épocas en que se desarrolló la mayoría de las melodías que hasta hoy escuchamos en las milongas.

Miente quien afirma que domina el tango; miente quien crea que no tiene nada que aprender. Este género se tarda en conocer lo que dura una vida y esa premisa es la que vuelve extraordinaria a la danza de tango.

Gustavo Benzecry Sabá ha definido el baile de tango según su parecer y ha sido preciso e ilustrativo en sus reflexiones, puestas de esta manera al alcance de todos. Para tomar en cuenta. Gustavo es bailarín y maestro de baile de tango profesional, con una aquilatada trayectoria. Estudió en el estudio Dinzel y con Roberto Herrera. Se desempeñó como maestro de la danza ciudadana en los tiempos del “Tangódromo”, un predio que dependió del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

Con ustedes milongueros y bailarines, el Reglamento Oficial de los Campeonatos Mundiales de “Tango Salón“ y “Tango Escenario” que se disputarán en eliminatorias, semifinal y final, durante los próximos días en el marco del festival internacional organizado por la ciudad de Buenos Aires.

El reglamento es un manual de utilidad para los milongueros, los que bailan el “Tango Salón”, al piso e improvisado. Y para los bailarines de tango, los que practican el “Tango Escenario”, con coreografía preparada y donde valen las alturas, es decir donde está permitido despegar los pies del piso.

Más allá de la importancia para quienes competirán, leer el reglamento mete a todos un poco más profundamente en la técnica –no simple- del baile de tango y, fundamental, les precisa lo que un entendido –en este caso los jurados- pretenden ver de un buen bailarín.

Así que esta información, para quien baila tango, es para leer e imprimir:   

Reglamento de Tango Salón -aficionados y profesionales-:

La pareja, una vez conformada, no podrá separarse mientras dure la música. Esto significa que no se podrá romper el abrazo, considerado como la posición de danza del tango. Para que la posición sea considerada correcta, el cuerpo de uno de los integrantes de la pareja debe estar contenido, todo el tiempo, por el abrazo del otro, entendiéndose que –en determinadas figuras– esto puede ser elástico, pero no en toda la duración de la danza.

Todos los movimientos deberán ser realizados dentro del espacio que permita el abrazo entre los que conforman la pareja.

El jurado tomará en cuenta la musicalidad y el estilo al caminar como puntos fundamentales para la calificación.

Dentro de estos parámetros de observación, se podrán realizar todas las figuras que son de uso popular, incluyéndose barridas, sacadas al piso, enrosques, etcétera.

Quedan completamente excluidos los ganchos, saltos, trepadas y cualquier otra posibilidad coreográfica propia del Tango Escenario.

Las parejas, como en el salón de baile, deberán trasladarse constantemente en el sentido contrario al que siguen las agujas del reloj, no pudiendo demorarse en un mismo punto del espacio coreográfico ya que esto entorpecería la circulación de la ronda de baile.

Ninguno de los integrantes de la pareja podrá levantar las piernas más allá de la línea de las rodillas.

 

Reglamento de Tango Escenario -aficionados y profesionales-

Se podrá bailar de acuerdo a la visión particular que cada intérprete tiene de la danza del tango argentino, entendiéndose por esto que estará permitido utilizar movimientos, figuras y aplicaciones que no refieran directamente al tango tradicional, pero deben estar presentes en la coreografía las figuras clásicas del tango: los ochos, las caminatas largas, las boleas, los ganchos y el “abrazo milonguero”. Podrá romperse el abrazo y utilizar técnicas que sean aporte de otras disciplinas de danza, siempre y cuando tengan razón de ser y se realicen en beneficio de la presentación del intérprete.

Los trucos, aéreos y demás movimientos propios de otras danzas no deben ser excesivos, entendiéndose por esto que no deben superar la tercera parte de la interpretación. La pareja debe tener secuencias de desplazamiento al piso por todo el espacio escénico.

Cortito y a los pies, el reglamento. Bastante claro además. Nada dice de la vestimenta. Porque el jurado no tomará en cuenta la ropa utilizada. Mientras se espera que para Tango Escenario, las parejas preparen vestuario escénico, puede decirse que en la categoría Tango Salón el traje para los hombres ha sido una constante en las anteriores ediciones del campeonato, mientras las mujeres pueden volcarse libremente el ropero encima.

 

Hace un par de años, Miguel Ángel Zotto, probablemente el bailarín argentino de tango más reconocido a escala planetaria, habló de su respeto por la gente de las milongas de Buenos Aires.

Habló, sin ruborizarse de su "pedir permiso" a esa gente para dibujar nuevos pasos de baile. No muchos profesionales del tango bailado rinden homenaje a quienes pueblan las milongas porteñas como Miguel Ángel en estas frases:

"Todos mis espectáculos los estreno en Buenos Aires, cuando aquí los aceptan, cuando me aceptan los milongueros, entonces los llevo al exterior" declaró Zotto, sorprendiendo a propios y extraños con esta especie de pedido de permiso a los bailarines por afición de Buenos Aires a lo que acostumbra. 

Agrega: "en cada espectáculo paso del barrio al centro todo el tiempo. Pero en el barrio está reflejada mi vida, toda mi historia, la historia del pibe que fui" y esa simpleza al decir logra que la gente común del tango se identifique con él.

Zotto sigue sorprendiendo al sostener, convencido, que "soy el único bailarín aceptado por los milongueros. Cuando bailo Piazzolla, bailo Piazzolla, pero cuando bailo el tango tradicional es para ellos. Son homenajes para mis maestros. Tuve la suerte de conocer a grandes bailarines como Fino, Antonio Todaro, Virulazo, Copes. Ellos me enseñaron y yo se los agradezco continuamente".

Ese aprendizaje milonguero lo ha llevado a armar coreografías como "Tangos de la Cruz del Sur" que ya paseó por Europa y norteamérica donde sólo se ven las piernas de los ejecutantes. "Para que la gente descubra la importancia que tienen los pies en el tango", nos recuerda el bailarín diplomado internacionalmente.

Zotto define el tango milonguero de esta forma: "es el tango a tierra, el tango de salón, sin saltos ni acrobacias. Acariciás el piso, no pateás a la mujer. Fino -lo recuerda nuevamente- decía que a la mujer no se le pegan patadas, se la acaricia".

Casi al concluir Miguel Ángel invitó a no asustarse de la evolución de las coreografías tangueras a las que califica de "lógica" como actualización. "Podrán apreciarse todas las fusiones -explica-, desde el tango a tierra hasta el baile con saltos y piruetas. Poco a poco vamos introduciéndonos en lo contemporáneo, pero siempre sobre la base más formal que es la que me formó" con los milongueros.

Y cerró rescatando al tango como una de las fuentes de la argentinidad que palpita cuando baila lejos de la Argentina: "siento que somos un pueblo con una identidad tremenda; nuestra cultura es muy importante y cuando te aplauden en el exterior, con la fuerza con que lo hacen, lo confirmás plenamente".

Tomás Buenos Aires propicia desde su página una campaña para enseñar a bailar el tango a la presidente, Cristina Fernández de Kirchner.

Y lo hace fundamentalmente como una contribución a la identidad nacional: para que, llegada la ocasión, ella pueda hacer gala de un buen baile de tango aún en el más cortesano de los salones. Y, como se verá a continuación, las ocasiones llegan aún en el más formal de los salones. Como, por ejemplo, el despacho presidencial de la Casa de Gobierno argentina. Aquí va lo que pasó:

El periódico “Bild am Sonntag” de Alemania informó que durante la reunión en la Casa Rosada de la entonces presidente electa de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner con el ministro alemán de economía, Michael Glos –noviembre de 2007-, la futura gobernante argentina obsequió al visitante un libro con temática de tango. 

Al recibir el presente –refirió el cronista- el ministro alemán preguntó a Cristina si bailaba el tango. Y Cristina respondió “no, porque a mi marido no le gusta bailar” relató la nota periodística.

El alemán le explicó que en su juventud aprendió a bailar el tango en una escuela de baile –reafirmando el alcance mundial del género-, a lo que ella contestó con gala diplomática: “con usted bailaría el tango”. 

La anécdota pasó, pero dio pie a que Tomás Buenos Aires proponga iniciar una campaña destinada a enseñar a bailar el tango a la presidente argentina. El profesor de baile irá donde ella disponga en el horario que quiera.

No sólo que Cristina va a sumergirse en el arte del tango, porque el tango lo es, sino que además se va divertir, a distraer y, de esta manera, va a estar mejor predispuesta para la tarea diaria. Como le pasa a cualquiera de los que ensayamos el baile de tango.

De paso, ante cualquier invitación que surja de una reunión formal como la del ministro alemán, la presidenta, como argentina plena, aprieta el botón del reproductor y baila el tango con quien la invite y en su despacho de la Rosada. Y también lo baila en una recepción internacional donde el anfitrión quiera quedar bien con la representante argentina, haciendo sonar un tango bien malevo en los salones cortesanos. 

Bueno, queremos que este sitio sea un puente de contribución a las relaciones internacionales introduciendo a la presidente en el arte ciudadano incorporada a las filas de sus bailarines de tango. ¿Qué tal?  

La campaña queda de esta forma formalmente abierta.  Esperamos los correos de nuestros lectores comentando y aportando a esta iniciativa y a los profesores de tango que se anoten dispuestos a enseñar los primeros pasos del baile a la presidente.

Por supuesto, también esperamos la comunicación de Cristina aceptando la invitación.

Este trabajo fue presentado por Oscar Prada Domecq en el 5º Congreso Latinoamericano de Folclore. Aquí se publican los fragmentos más salientes de una larga nota sobre técnica del baile de tango. A muchos les servirá. Una advertencia: el autor dice que el compás de tango es de 4x4 y ciertamente es así: una corchea para cada tiempo. El archidifundido compás de 2x4 con el que se identifica habitualmente al tango ya no existe y cayó tempranamente -incluso antes de los años ´40- en un total desuso. Sólo los primeros tangos fueron musicalizados en compás de 2x4 (dos notas blancas por compás).

Las deformaciones en el tango danza actual
La deformación fundamental del tango danza actual es que se baila, en la gran mayoría de los casos, sin tener en cuenta el compás.

Porque ha surgido una forma de bailar que no permite que se tome el compás. Se sale -y se enseña a salir- con el pie derecho (el hombre) hacia atrás y se hacen cinco pasos, juntando en el quinto. Luego se continúa con tres pasos, juntando en el tercero.

El compás del tango es cuatro por ocho (cuatro tiempos, en corcheas en cada compás). Por esto el tango, tradicionalmente, se ha bailado con cuatro pasos, juntando en el cuarto, salvo si se ejecuta la corrida. Esto permite ir pisando los -cuatro- tiempos, un paso por tiempo.

Para bailar el tango no hace falta más que caminar con este núcleo básico de cuatro pasos, al compás. Bailar es moverse, desplazarse al compás de una música y, si esa música es el tango, se está bailando tango. Luego se le pueden agregar figuras. Pero lo fundamental es "caminar el tango" y eso significa dentro del compás.

Cuando el bailarín está hecho, busca encontrar el primer tiempo de cada compás con su primer paso (pie izquierdo), así no solo va marcando los tiempos, sino que también realiza cada núcleo de los cuatro pasos básicos dentro del compás. Para ello marca con más fuerza ese primer paso y casi automáticamente va a encontrar el tiempo fuerte de cada compás, que es el primero. Y así, cuando finaliza el tango, lo terminará justo con la última juntada de pies (cierre).

Como puede verse no permite bailar al compás el estilo con salida atrás de cinco tiempos. Esta salida se puede usar en alguna oportunidad como figura, sabiendo que se tendrá un problema con el compás, a resolver. Pero nunca como núcleo básico que se repite permanentemente, como se hace con los cuatro pasos.

 

Noticias

      2017-08-01 18:45:33  

    De www.diariopopular.com  -  Caminito que el tiempo ha borrado/ que juntos un día nos viste pasar...”. Uno lee la letra, tararea la música y piensa en ese rincón de La Boca, pero... Juan de Dios Filiberto (1885-1964), cuyo nombre real era Oscar Juan de Dios Filiberti fue un extraordinario guitarrista, armonista, pianista, compositor y director que vivió en La Boca. Lle puso música al tango Caminito, escrito por el riojano Gabino Coria Peñaloza. Filiberto además le puso música a Quejas de bandoneón, El pañuelito, Malevaje, Clavel del aire y otros clásicos. Además creó la Orquesta Nacional de Música Argentina que hoy lleva su nombre.

    Walter Piazza, Secretario del Consejo Directivo de la Academia Nacional del Tango, académico y cofundador de esa entidad junto con Horacio Ferrer en 1990, le contó a Porteño del Sur detalles de Caminito y de la vida de Juan de Dios Filiberto: “Lo que yo sé tras haber investigado es que todo conduce a dos historias diferentes, la del porteño Juan de Dios Filiberto y la del riojano Gabino Coria Peñaloza. Esos versos remiten, si uno escucha la letra y la analiza, a un caminito que corresponde a un paisaje que nada tiene que ver con La Boca”.

    “Coria Peñaloza era un poeta riojano bien alejado de Buenos Aires, no era Homero Manzi, que si bien había nacido en Santiago del Estero, a los 6 años ya estaba viviendo y estudiando en Buenos Aires. Entonces Manzi sí percibía desde pibe lo que era la ciudad entonces le cantó con sus versos más sentidos, sobre todo al sur... Boedo, Pompeya. Pero Coria Peñaloza escribió pensando en un posible recorrido que hacía para visitar a algún amor adolescente o juvenil de sus pagos”, agregó.

    Piazza concluyó: “Eso, puesto en la música de un porteño como era Juan de Dios Filiberto y explotado por ese sector del camino que va del Riachuelo a las vías del ferrocarril en la Boca, dio lugar a que durante muchos años se considerara al Caminito de La Boca como al de la letra de la canción. Ese es el Caminito de Filiberto, pero nada tiene que ver con la letra. La genial lírica y música de Filiberto la pone a disposición de ese lugar del que nunca se fue. Porque él nació, vivió y murió en La Boca. Jamás se fue para el centro de la ciudad como muchos otros. Siempre ahí rodeado de la mística, de Quinquela Martín y de otros amigos. Entonces son dos Caminitos diferentes: uno, el musical, el turístico y que explota el barrio; el otro, la verdadera historia del que caminaba el poeta. ‘Con juncos en flor’, dice. ¿Qué junco en flor hay en La Boca? Ninguno. Empedrado y vías del ferrocarril”.


      2017-06-08 22:03:26  

    Desde Marsella, Francia, distinguieron a Julio Dupláa, un histórico argentino de la danza del tango y la milonga, al calificarlo de "persona emblemática de la Ciudad de Buenos Aires". La Asociación Les Trottoirs de Marseille así lo consideró en una nota fechada el 1° de junio último a esta ciudad, firmada por Michel Raous, presidente de la asociación y Marcelo y Giorgia Guardiola, maestros de tango de Les Trottoirs de Marseille.

    Dice textualmente la nota:
    "Desde Francia hacemos voz para expresar nuestra gratitud y transmitir nuestra admiración por el Maestro Julio Dupláa quién desde su nacimiento respira tango.

    Nacido en el porteño barrio de Villa Urquiza declarado «Capital del Tango bailado» impulsado por el mismo Dupláa y cuna de tantos magnificos bailarines y milongueros, don Julio supo conocer el tango en el antiguo y prestigioso Club Sin Rumbo. Desde niño miró y escuchó las orquestas, de adolescente bailó su música y de hombre organizó milongas; toda una vida dedicada a nuestro tango y a nuestra ciudad ya que en la actualidad toda Buenos Aires respira su presencia, refleja su personalidad y vive su dedicación organizando eventos, cuidando el trabajo de los bailarines y dando clases que trasmiten sabiduria y vivencias.

    Por esto y muchas cosas más  el Maestro Julio Dupláa es una persona emblemática de la Ciudad de Buenos Aires. Nuestros más sinceros saludos".

    Tomás, el Buenos Aires, felicita a través de esta página a Julito Dupláa, amigo y, como dicen los franceses, un emblemático del tango bailado. Aunque él se cite cada vez que puede de "apenas un milonguero".

    Foto (Gentileza revista "La Milonga"): Julio Dupláa (derecha) en trámite de alguna tropelía con Tomás, el Buenos Aires.

     

     


      2016-11-24 20:18:14  

     "Trago amargo alcanzó el éxito el día de su estreno en 1925 con la letra de Julio Navarrine (1889-1966) y la música de Rafael Iriarte (1890-1961). ¡Esplendorosa época del tango-canción! “Lealmente, ´Trago amargo´ no era un tango de excepción, sino simplemente un tango exitoso. Su letra es de un tinte melodramático campero, de fácil sentimentalismo. La mejor virtud de su música era no alardear de ninguna: dejar que la opinión del oyente reafirmara su origen: ‘el tango de un guitarrero’. También queda dicho que era ´un sencillo y bien sonante tango´, según el sin par Francisco García Jiménez en su insoslayable libro ´Así nacieron los tangos´, Ediciones Corregidor, Buenos Aires, 1980.

    Si reflexionamos acerca de los versos de Navarrine, quien junto a su hermano Alfredo fue un admirable propulsor de los primerísimos cuadros folclóricos teatrales –y autores ambos de sendos tangos muy celebrados por el público–, habrá que resaltar cómo se habían condicionado al tema musical merced a una especial puja de frases imperativas: “¡Arrímese al fogón, viejita, aquí a mi lado!/ ¡Ensille un cimarrón, para que dure largo! ¡Atráquele esa astilla, que el fuego se ha apagado!/ ¡Revuelva aquellas brasas y cebe bien amargo! ¡Alcance esa guitarra de cuerdas empolvadas,/ que tantas veces ella besó su diapasón!”.

    El tango tuvo su estreno en el porteñísimo teatro ‘Maipo’ durante una de las temporadas de ‘revistas’, a mitad de los años veinte del pasado siglo. ¡Quién vería a aquel gaucho melodramático, dirigiéndole toda la ristra de mandatos a la madre, reservándose para él, por toda faena, el empinarse el codo con la botella de caña! Y la pobre vieja –de acá para allá, como maleta de loco– sin saber si arrimarse al fogón, si ensillar el cimarrón, si atracarle la astilla al fuego y revolver las brasas, si alcanzarle la guitarra o arrancarle primero la cinta, si secarse las lágrimas, si volver a cebar al “amargo” o bien si –ya exhausta–, después de buscar un crespón para la guitarra, inclinarse, al fin, ante la Virgen…"

    En fin, sintetiza ahora Tomás, el Buenos Aires, sobre este tango: un "Trago Amargo"... ¡para la pobre vieja!,

    De paso: El músico Rafael Iriarte fue un laburante de la guitarra en el tango. Nacido en un barrio del sur porteño, su fogueo artístico se dio en los cafés con música de la calle Corrientes. Después, llegó el espaldarazo en los teatros ‘Nacional’ y ‘Apolo’, ‘Porteño’ y ‘Empire’. Iriarte acompañó a una galaxia de cancionistas y cantores como Saúl Salinas, Rosita Quiroga y Agustín Magaldi, también a Charlo, Ignacio Corsini y Libertad Lamarque. Por su inquietud y ojos vivos, a Iriarte lo apodaban ‘El rata’.

    -Fragmento de la nota de Isaac Otero en el sitio "Crónicas de la Inmigración", setiembre de 2016-


      2016-11-21 19:28:06  

    A Pablo Agri lo esperó un violín en la cuna y a los diez años le pidió a su papá que lo inscribiera en un conservatorio. Su papá fue, nada menos que el rosarino Antonio Agri, juntamente con Elvino Vardaro y Mario Franchini, los tres violinistas más importantes del tango.

    Destaca que hoy encuentra a "muchos jóvenes  buenos instrumentistas y compositores que toman el tango con la seriedad que merece y que siguen estudiando". En cambio, Pablo advierte que "no me gustan definitivamente las imitaciones, las orquestas que ´tocan como´, ¡eso no me gusta! Digo que hay que aprender todos los géneros pero no imitar a nadie" sentencia.

    Aclara que "empecé con la música clásica para diferenciarme de mi viejo... Nací en el 68, año que se estrenó la operita "María de Buenos Aires" de Piazzolla y mi viejo ya era muy popular. Pero sin duda lo mío es el tango desde la cuna, o antes de ella y, hasta hoy, mi mejor manera de expresarme es nuestra música". Tanto es así que tocó, por ejemplo, con Mariano Mores y Horacio Salgán pasando por Néstor Marconi, Susana Rinaldi y Osvaldo Berlingieri. Es integrante de la Orquesta Sinfónica Nacional desde 1992, tomó clases con el maestro Szymsia Bajour; fue becado por la Fundación Antorchas para estudiar en el Conservatorio Edgard Varese, en Francia. En el 99 fue violín solista del show "Tango argentino" en Broadway (Nueva York).

    Este año fue el músico argentino que tocó por primera vez tango en vivo en una de las siete maravillas del mundo, los palacios de la Alhambra en Andalucía, España. Además, junto a sus compañeros formaron junto a la orquesta de la Casa Argentina en París, integrada por una belga, tres franceses, cuatro argentinos, una japonesa, un chino, y una violinista rusa, todos jóvenes. "Esto nos dice claramente que el tango es universal y se toca en todos los idiomas" reflexiona finalmente este también joven, que aporta un violín de conservatorio consagrado a la música que identifica al país.

    -Esta nota toma fragmentos de un reportaje realizado por el diario "La Capital" de Rosario-.


      2016-09-21 19:58:17  

    Sergio Pujol es joven, filósofo, docente y con varios libros en su haber, investiga a las danzas sociales y concedió hace unos días una nota al diario "La Izquierda" donde afirma que la década del ´20 marcó un antes y un después de la cultura argentina marcada decididamente por la eclosíon del tango. Aquí la nota:

    Comienza Pujol señalando que recien a mediados de los años ´20 "tenemos a Gardel con un porcentaje dominante de tangos en su repertorio; viene de cantar estilos, milongas. Canta en esos momentos foxtrot, shimmy, alguna que otra rumba.  Por lo tanto no se puede decir que el tango a principios de los 20 fuera el epítome de lo argentino y de lo nacional. Más bien se va ganando ese lugar. Las críticas que se hacen al tango hasta el año 30 inclusive, no son tanto acerca de su supuesto origen prostibulario, de mala vida o pecaminoso, sino que es una música que no representa la totalidad de la Argentina. Es una música de puerto que se ha consolidado a partir del aporte inmigratorio decisivo en el lenguaje, tanto en las letras, con la presencia del lunfardo, como en la música.

    Lo mismo pasa con el samba en Brasil, con el son en Cuba. Hay un momento en que estas músicas, muchas con una fuerte impronta afro, se convierten en emblemas nacionales. Eso pasa entre los 20 y los 30. Pasan de ser músicas orilleras, con una fuerte connotación de clase, a representar al país. En ese tránsito depuran su forma pero hay algo de la condición de clase que queda. Y en un momento explota.

    Durante el peronismo explotó. Cuando Alberto Castillo canta “Qué saben los pitucos, lamidos y sushetas...” está retrotrayendo la historia del tango 20 o 30 años. Lo que les está diciendo a sus bailarines, a los que bailan con su música , es “ojo, sepan de dónde vienen ustedes, no se dejen engrupir, el tango es una danza de salón pero ojo que venimos de las orillas”. Es interesante cómo, en algún sentido, al tango nunca se lo domestica del todo.

    "En los ´20 el tango se come todo"

     A la vez los años 20 son la clausura de una época ahí ya nadie baila polka o mazurca muy populares en 1880 y 1890. En los 20, el tango se come todo. Se come esas danzas. No al jazz. Y en parte se las come, creo yo, porque aparece el tango canción. Si no hubiera aparecido, tal vez hubiéramos tenido todavía ese repertorio "variopinto" de danzas. 

    Además están los hijos de los inmigrantes para los años 20, que son más tangueros que los padres en muchos casos. Las historias de vida de esa generación, la de Piana, o la de De Caro, que era un poquito más grande, casi todas están marcadas por la brecha generacional.

    El muchacho que quiere formar una bandita de rock en los 60 tiene muchas similitudes con el muchacho que quiere tocar tango en los 20. Pero incluso el corte es más violento en los 20. Porque la familia en los años 60 ya no es tan autoritaria como la familia en los 20. Yo no conozco historias de hijos que hayan dejado de hablar con sus padres veinte años por querer formar una banda de rock. 

    Ya forma parte un poco del relato romántico del tango: el reencuentro del padre con el hijo consagrado, tocando tango con una orquesta de noventa profesores. Lo vemos en Canaro, en De Caro. La “gran orquesta”. Quizás el último representante de esa ambición clasicista en términos musicales sea Mariano Mores. Cuando lo entrevisté para el libro de Discépolo, Mores decía “sí, quise llevar el tango a un nivel superior, siempre quise elevar el tango”. Muchos de esos maestros podrían haberse dedicado tranquilamente a la música académica.

    En los 20 y 30 es muy fuerte el sinfonismo tanguero. En parte, por influencia de la música académica. En el jazz también se da con Paul Whiteman, eso de redimir la música orillera vistiéndola con las mejores galas. La música clásica es la gran música. En las entrevistas a los tangueros de esa época se ve que estaba la gran música y la música popular. El epígrafe que utilicé para el libro Cien años de música argentina es de Julio de Caro y dice “Mi deseo era que los conocimientos que había adquirido en el conservatorio se amoldaran a las emociones que había recibido en la calle”.

    ¿Cómo hacer para convertir la emoción de la calle en una música artística. No una música que sólo se baila, que acompaña las labores de los laburantes del Mercado de Abasto, que enamora a las chicas en su casa con la vitrola, sino una música que tenga un valor artístico sin olvidar esa emoción y ese arraigo?

     Rodolfo Valentino
    Con Rodolfo Valentino se afirma el star system y el latin lover. Que van a tener una prolífica trayectoria en la cultura de masas internacional. Efectivamente, los estrenos de Valentino causaban furor. No sólo en los varones, sobre todo en las mujeres. Hay un ídolo que atrae a las mujeres, que perturba a los varones, que genera incomodidad. Valentino baila tango, a su manera. Nosotros diríamos que lo hace “mal”. Pero, a la manera Valentino, lo baila y lo promociona a nivel mundial. Los argentinos de esta época son hijos de Valentino.

    La sexualidad en los años 20 también explota. Las flappers americanas con el cabello corto se suben el ruedo de las polleras. Las mujeres empiezan a tomar whisky, empiezan a fumar, en algunos países a votar. Esta revolución de las costumbres femeninas, del lugar de la mujer en la sociedad, de alguna manera está traccionada por artefactos culturales, y las películas de Valentino evidentemente cumplen un rol importante. 

     Si no se hubiera dado la tangomanía en los años inmediatamente anteriores a la Primera Guerra Mundial, si los criollos de Argentina no hubieran “hecho la América” en Europa y Estados Unidos dando clases de tango y no se hubiera producido esa expansión, Valentino hubiera bailado otro ritmo en la película.