"A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires: La juzgo tan eterna como el agua y como el aire."
Jorge Luis Borges en Fundación Mítica de Buenos Aires

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El fraseo musical del tango

Sentimiento      2023-01-31 21:09:36


¿Qué hace a una música bailable?

Baile de tango      2022-05-10 22:56:13


Del escriba

Sentimiento

“El tango se ha puesto de moda y lo que está de moda luego se pone en liquidación. Hoy –el tango- es objeto de consumo, observado con la curiosidad de lo que es ajeno, distante y exótico” enfatizó el gran bandoneonista Rodolfo Mederos en una entrevista periodística reciente donde redondeó su concepto señalando que “el tango se ha macdonalizado".

Con convicción, el músico sostuvo que la evolución del género pregonada por muchos “lo es sólo en el aspecto mercantil, pero no –en el- desarrollo. El tango no se superó después de los años 60 (y tal vez desde antes).

El oportunismo de muchos, sin conocer ni valorar, ni amar esta música, agrava la situación, intoxicando un mercado con expresiones pseudoartísticas que desorientan al público inexperto, instalando una cultura ajena a nuestro sentir” aclaró Mederos.

“Hemos dado la espalda a nuestra cultura para adoptar otra que es ajena, la que nos impone el poder dominante: el profesor emérito suizo de germanística y literatura Johannes Anderegg llama a este fenómeno "enajenación de la cultura" ilustró el músico, fenómeno que contrastó con una afirmación categórica sobre la música de la ciudad: “en cambio, creo en ese tango, del cual (el escritor y precursor del vanguardismo literario argentino) Macedonio Fernández (1874-1952) diría: "es lo único seguro en nuestra cultura, porque no consulta con Europa".

“Una sociedad que construye su ciudad con mirada melancólica y deseosa de parecerse a Europa, sin duda tendrá que interesarse por aquello que el Viejo Continente consume. `Si en París se oye y se baila debe ser bueno`” ejemplificó.

Sin bajar los decibeles de sus dichos, Mederos añadió que “ya no se decide qué oír, sólo se acepta lo que el poder obliga a consumir. Nuestros gustos ya no son los nuestros, sino los que debemos aceptar. El tango se ha "macdonalizado" definió crudamente.

Entre los símbolos de Buenos Aires, Tita Merello, es uno inolvidable. Temperamental en esencia, la hermosa morocha porteña brilló en el ambiente tanguero desde los 15 años cuando actuó por primera vez, una vez dejado atrás el orfanato en el que se crió.

Nacida en la calle Defensa entre Chile e Independencia, las pasiones y las inquietudes de la dueña de la frase “mujeres háganse el Papanicolau”, quedaron marcadas a fuego en postales y anécdotas de su vida.

 

Su amor abrasador con Luis Sandrini –se dice que ella también fue también el gran amor de este primer actor argentino- quedaría pintado cuando Tita decidió el adiós. Había encontrado dos veces en offside con otras mujeres a Sandrini y le advirtió “la próxima que te agarro, te pongo las valijas en la puerta del departamento y no me ves nunca más”.

 

Luis se cuidó un tiempo. Pero vino a filmar a la Argentina una actriz mexicana y..., sí, Tita agarró a su pareja otra vez adelantado. Cuando Sandrini volvió al departamento sus valijas estaban en la puerta tal cual se lo había prometido: abrime “Piojo” le pidió –él era el “Perro” y ella el “piojo del perro” explicaban los amigos de la pareja-. Ella no le abrió y él terminó en un hotel. Tita jamás le volvió a hablar ni lo volvió a ver. Así era lamorocha.

 

Eso sí, transcurriendo la vida, frente a amigos comunes la pregunta de los dos era calcada: “cómo está”, sin nombrar al otro.

 

Otra anécdota de Tita que cuenta Mónica Cahen D´anvers: “ella no me quería. Un día concedió una entrevista en televisión que le haría yo. Cuando terminamos me dijo: después de esto estoy por tenerte simpatía… ¡pituca!". Sí, Tita no se privaba de marcar su origen arrabalero en contraposición a los pitucos de los que se sentía apartada.

 

Esa fue Tita Merello que murió a los 98 años en la Fundación Favaloro de la cual no se quiso ir nunca aún con el alta que le daban cada día para que dejara la cama…

 

Torre EiffelCon más de treinta milongas, desde las gratuitas al borde del Sena, hasta las que cobran entre tres y diez euros, París pretende pisarle al poncho a Buenos Aires para erigirse como “nueva ciudad del tango”.

De esto han hablado los medios europeos durante el pasado fin de semana y, sugerentemente, el tema fue recogido por varios diarios bajo el llano título de “París intenta robarle el título de ciudad del tango a Buenos Aires”.

Sostienen los parisinos fanas del típico baile argentino, que la "Ciudad Luz" concentra más de una treintena de salones de baile del 2x4, lo que se extiende a puntos estratégicos callejeros donde también se puede bailar al compás rezongón de los bandoneones.

Mientras en las orillas del Sena, por ejemplo, bailar es a la gorra, una entrada a las milongas en Francia cuesta entre tres euros –dieciséis pesos aproximadamente- hasta diez -es decir unos cincuenta y pico de mangos-. Ojo!!! No es mucha la diferencia con lo que paga el milonguero en la Argentina, donde la entrada más barata es de quince pesos, la más generalizada de veinte y hay salones donde, antes de empezar, ya te desentusiasman de bailar al pedir casi treinta pesos.

Pregunta: ¿reunimos en Buenos Aires más de treinta milongas vigentes a casi el mismo precio de entrada como en París. Como para poner la barba en remojo, tangueros argentinos.

En coincidencia con el último día del mes, finaliza el festival internacional de tango anual que organizó “la meca” del género, la ciudad de Buenos Aires.

La programación de las últimas jornadas es potente en cuanto a las actividades y figuras participantes, pasado mañana domingo Mora Godoy encabezará la Gran Milonga de Cierre desde las 17,30 en Punto de Encuentro, con ingreso libre hasta agotar la capacidad del salón de Bartolomé Mitre 575, capital federal.

El lunes 30, desde las 19, Final de Tango Salón con la participación de Rubén Blades y Leopoldo Federico y su orquesta y, el martes 31, también a las 19, Final de Tango Escenario con las actuaciones de Susana Rinaldi y Osvaldo Piro. Ambas finales en el Luna Park con entrada previa y gratuita.

“Buenos Aires está decidida a hacer del tango la soja de la capital de la Argentina”. La cita es de Pablo Sirven en “La Nación”. Y rescata una frase lanzada por el jefe de Gobierno de la ciudad, Mauricio Macri, cuando el gobierno nacional se peleaba con el campo en 2008, con una virulencia tan sorprendente como inconveniente.

Dos años después, la comparación hecha por Macri aparece certera: las divisas no dejan de entrar al país y a la ciudad reconociendo el carácter de meca del tango que tiene Buenos Aires.

El Gobierno de la Ciudad estima que durante el primer semestre de este año, el gasto de los visitantes provenientes del extranjero ascendió a mil millones de dólares y que, sólo por causa del festival internacional de tango que se desarrolla hasta el 31 de agosto, quedarán en la ciudad otros cien millones de dólares. Ojo, debe repetirse, cien millones de dólares.

Soja de la capital de la Argentina o identidad musical de la ciudad, la movida tanguera estira sus cortes y quebradas más allá de las fronteras argentinas al proponer 2.300 academias de baile de tango registradas en el mundo y más de 200 festivales en el planeta que anualmente tienen como motivo el género y lo impulsan decididamente.

El de estos días en Buenos Aires, convoca a alrededor de quinientos artistas y referentes del género para desgranar 150 actividades entre espectáculos, clases de baile, conferencias y milongas.

Lo sucederán otros 33 festivales ya programados para del 31 de diciembre: en París, Roma, Canberra, Berlín y hasta Hong Kong. No es poco.

Declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO el 30 de octubre del año pasado, el tango baile, música, y canto llega a la sensibilidad del mundo y arrima divisas a la Argentina y su capital.

“Desde lo cualitativo el tango expresa la idea de una pasión aún vigente en un mundo desangelado donde la humanidad se está quedando sin humanismo", sostiene el ministro de Cultura y Turismo de la Ciudad, Hernán Lombardi, quien metió el tango como previa del concierto de Daniel Barenboim en el Obelisco, con la presencia de más de 40 mil espectadores, donde actuó la orquesta El Porvenir, integrada por chicos de 11 a 20 años pertenecientes a villas de emergencia de Villa Lugano y Villa Soldati.

El resultado en la repercusión y cifras del Festival Mundial de Tango que organiza la Ciudad desnuda una vez más las reiteradas falencias argentinas para impulsar sus identidades artísticas, las que pueden nombrarse como no estrategias; no interés y resignación o fomento del facilismo que, cabe reiterarlo, se nos cuela por todas partes.

Noticias

      2017-08-01 18:45:33  

    De www.diariopopular.com  -  Caminito que el tiempo ha borrado/ que juntos un día nos viste pasar...”. Uno lee la letra, tararea la música y piensa en ese rincón de La Boca, pero... Juan de Dios Filiberto (1885-1964), cuyo nombre real era Oscar Juan de Dios Filiberti fue un extraordinario guitarrista, armonista, pianista, compositor y director que vivió en La Boca. Lle puso música al tango Caminito, escrito por el riojano Gabino Coria Peñaloza. Filiberto además le puso música a Quejas de bandoneón, El pañuelito, Malevaje, Clavel del aire y otros clásicos. Además creó la Orquesta Nacional de Música Argentina que hoy lleva su nombre.

    Walter Piazza, Secretario del Consejo Directivo de la Academia Nacional del Tango, académico y cofundador de esa entidad junto con Horacio Ferrer en 1990, le contó a Porteño del Sur detalles de Caminito y de la vida de Juan de Dios Filiberto: “Lo que yo sé tras haber investigado es que todo conduce a dos historias diferentes, la del porteño Juan de Dios Filiberto y la del riojano Gabino Coria Peñaloza. Esos versos remiten, si uno escucha la letra y la analiza, a un caminito que corresponde a un paisaje que nada tiene que ver con La Boca”.

    “Coria Peñaloza era un poeta riojano bien alejado de Buenos Aires, no era Homero Manzi, que si bien había nacido en Santiago del Estero, a los 6 años ya estaba viviendo y estudiando en Buenos Aires. Entonces Manzi sí percibía desde pibe lo que era la ciudad entonces le cantó con sus versos más sentidos, sobre todo al sur... Boedo, Pompeya. Pero Coria Peñaloza escribió pensando en un posible recorrido que hacía para visitar a algún amor adolescente o juvenil de sus pagos”, agregó.

    Piazza concluyó: “Eso, puesto en la música de un porteño como era Juan de Dios Filiberto y explotado por ese sector del camino que va del Riachuelo a las vías del ferrocarril en la Boca, dio lugar a que durante muchos años se considerara al Caminito de La Boca como al de la letra de la canción. Ese es el Caminito de Filiberto, pero nada tiene que ver con la letra. La genial lírica y música de Filiberto la pone a disposición de ese lugar del que nunca se fue. Porque él nació, vivió y murió en La Boca. Jamás se fue para el centro de la ciudad como muchos otros. Siempre ahí rodeado de la mística, de Quinquela Martín y de otros amigos. Entonces son dos Caminitos diferentes: uno, el musical, el turístico y que explota el barrio; el otro, la verdadera historia del que caminaba el poeta. ‘Con juncos en flor’, dice. ¿Qué junco en flor hay en La Boca? Ninguno. Empedrado y vías del ferrocarril”.


      2017-06-08 22:03:26  

    Desde Marsella, Francia, distinguieron a Julio Dupláa, un histórico argentino de la danza del tango y la milonga, al calificarlo de "persona emblemática de la Ciudad de Buenos Aires". La Asociación Les Trottoirs de Marseille así lo consideró en una nota fechada el 1° de junio último a esta ciudad, firmada por Michel Raous, presidente de la asociación y Marcelo y Giorgia Guardiola, maestros de tango de Les Trottoirs de Marseille.

    Dice textualmente la nota:
    "Desde Francia hacemos voz para expresar nuestra gratitud y transmitir nuestra admiración por el Maestro Julio Dupláa quién desde su nacimiento respira tango.

    Nacido en el porteño barrio de Villa Urquiza declarado «Capital del Tango bailado» impulsado por el mismo Dupláa y cuna de tantos magnificos bailarines y milongueros, don Julio supo conocer el tango en el antiguo y prestigioso Club Sin Rumbo. Desde niño miró y escuchó las orquestas, de adolescente bailó su música y de hombre organizó milongas; toda una vida dedicada a nuestro tango y a nuestra ciudad ya que en la actualidad toda Buenos Aires respira su presencia, refleja su personalidad y vive su dedicación organizando eventos, cuidando el trabajo de los bailarines y dando clases que trasmiten sabiduria y vivencias.

    Por esto y muchas cosas más  el Maestro Julio Dupláa es una persona emblemática de la Ciudad de Buenos Aires. Nuestros más sinceros saludos".

    Tomás, el Buenos Aires, felicita a través de esta página a Julito Dupláa, amigo y, como dicen los franceses, un emblemático del tango bailado. Aunque él se cite cada vez que puede de "apenas un milonguero".

    Foto (Gentileza revista "La Milonga"): Julio Dupláa (derecha) en trámite de alguna tropelía con Tomás, el Buenos Aires.

     

     


      2016-11-24 20:18:14  

     "Trago amargo alcanzó el éxito el día de su estreno en 1925 con la letra de Julio Navarrine (1889-1966) y la música de Rafael Iriarte (1890-1961). ¡Esplendorosa época del tango-canción! “Lealmente, ´Trago amargo´ no era un tango de excepción, sino simplemente un tango exitoso. Su letra es de un tinte melodramático campero, de fácil sentimentalismo. La mejor virtud de su música era no alardear de ninguna: dejar que la opinión del oyente reafirmara su origen: ‘el tango de un guitarrero’. También queda dicho que era ´un sencillo y bien sonante tango´, según el sin par Francisco García Jiménez en su insoslayable libro ´Así nacieron los tangos´, Ediciones Corregidor, Buenos Aires, 1980.

    Si reflexionamos acerca de los versos de Navarrine, quien junto a su hermano Alfredo fue un admirable propulsor de los primerísimos cuadros folclóricos teatrales –y autores ambos de sendos tangos muy celebrados por el público–, habrá que resaltar cómo se habían condicionado al tema musical merced a una especial puja de frases imperativas: “¡Arrímese al fogón, viejita, aquí a mi lado!/ ¡Ensille un cimarrón, para que dure largo! ¡Atráquele esa astilla, que el fuego se ha apagado!/ ¡Revuelva aquellas brasas y cebe bien amargo! ¡Alcance esa guitarra de cuerdas empolvadas,/ que tantas veces ella besó su diapasón!”.

    El tango tuvo su estreno en el porteñísimo teatro ‘Maipo’ durante una de las temporadas de ‘revistas’, a mitad de los años veinte del pasado siglo. ¡Quién vería a aquel gaucho melodramático, dirigiéndole toda la ristra de mandatos a la madre, reservándose para él, por toda faena, el empinarse el codo con la botella de caña! Y la pobre vieja –de acá para allá, como maleta de loco– sin saber si arrimarse al fogón, si ensillar el cimarrón, si atracarle la astilla al fuego y revolver las brasas, si alcanzarle la guitarra o arrancarle primero la cinta, si secarse las lágrimas, si volver a cebar al “amargo” o bien si –ya exhausta–, después de buscar un crespón para la guitarra, inclinarse, al fin, ante la Virgen…"

    En fin, sintetiza ahora Tomás, el Buenos Aires, sobre este tango: un "Trago Amargo"... ¡para la pobre vieja!,

    De paso: El músico Rafael Iriarte fue un laburante de la guitarra en el tango. Nacido en un barrio del sur porteño, su fogueo artístico se dio en los cafés con música de la calle Corrientes. Después, llegó el espaldarazo en los teatros ‘Nacional’ y ‘Apolo’, ‘Porteño’ y ‘Empire’. Iriarte acompañó a una galaxia de cancionistas y cantores como Saúl Salinas, Rosita Quiroga y Agustín Magaldi, también a Charlo, Ignacio Corsini y Libertad Lamarque. Por su inquietud y ojos vivos, a Iriarte lo apodaban ‘El rata’.

    -Fragmento de la nota de Isaac Otero en el sitio "Crónicas de la Inmigración", setiembre de 2016-


      2016-11-21 19:28:06  

    A Pablo Agri lo esperó un violín en la cuna y a los diez años le pidió a su papá que lo inscribiera en un conservatorio. Su papá fue, nada menos que el rosarino Antonio Agri, juntamente con Elvino Vardaro y Mario Franchini, los tres violinistas más importantes del tango.

    Destaca que hoy encuentra a "muchos jóvenes  buenos instrumentistas y compositores que toman el tango con la seriedad que merece y que siguen estudiando". En cambio, Pablo advierte que "no me gustan definitivamente las imitaciones, las orquestas que ´tocan como´, ¡eso no me gusta! Digo que hay que aprender todos los géneros pero no imitar a nadie" sentencia.

    Aclara que "empecé con la música clásica para diferenciarme de mi viejo... Nací en el 68, año que se estrenó la operita "María de Buenos Aires" de Piazzolla y mi viejo ya era muy popular. Pero sin duda lo mío es el tango desde la cuna, o antes de ella y, hasta hoy, mi mejor manera de expresarme es nuestra música". Tanto es así que tocó, por ejemplo, con Mariano Mores y Horacio Salgán pasando por Néstor Marconi, Susana Rinaldi y Osvaldo Berlingieri. Es integrante de la Orquesta Sinfónica Nacional desde 1992, tomó clases con el maestro Szymsia Bajour; fue becado por la Fundación Antorchas para estudiar en el Conservatorio Edgard Varese, en Francia. En el 99 fue violín solista del show "Tango argentino" en Broadway (Nueva York).

    Este año fue el músico argentino que tocó por primera vez tango en vivo en una de las siete maravillas del mundo, los palacios de la Alhambra en Andalucía, España. Además, junto a sus compañeros formaron junto a la orquesta de la Casa Argentina en París, integrada por una belga, tres franceses, cuatro argentinos, una japonesa, un chino, y una violinista rusa, todos jóvenes. "Esto nos dice claramente que el tango es universal y se toca en todos los idiomas" reflexiona finalmente este también joven, que aporta un violín de conservatorio consagrado a la música que identifica al país.

    -Esta nota toma fragmentos de un reportaje realizado por el diario "La Capital" de Rosario-.


      2016-09-21 19:58:17  

    Sergio Pujol es joven, filósofo, docente y con varios libros en su haber, investiga a las danzas sociales y concedió hace unos días una nota al diario "La Izquierda" donde afirma que la década del ´20 marcó un antes y un después de la cultura argentina marcada decididamente por la eclosíon del tango. Aquí la nota:

    Comienza Pujol señalando que recien a mediados de los años ´20 "tenemos a Gardel con un porcentaje dominante de tangos en su repertorio; viene de cantar estilos, milongas. Canta en esos momentos foxtrot, shimmy, alguna que otra rumba.  Por lo tanto no se puede decir que el tango a principios de los 20 fuera el epítome de lo argentino y de lo nacional. Más bien se va ganando ese lugar. Las críticas que se hacen al tango hasta el año 30 inclusive, no son tanto acerca de su supuesto origen prostibulario, de mala vida o pecaminoso, sino que es una música que no representa la totalidad de la Argentina. Es una música de puerto que se ha consolidado a partir del aporte inmigratorio decisivo en el lenguaje, tanto en las letras, con la presencia del lunfardo, como en la música.

    Lo mismo pasa con el samba en Brasil, con el son en Cuba. Hay un momento en que estas músicas, muchas con una fuerte impronta afro, se convierten en emblemas nacionales. Eso pasa entre los 20 y los 30. Pasan de ser músicas orilleras, con una fuerte connotación de clase, a representar al país. En ese tránsito depuran su forma pero hay algo de la condición de clase que queda. Y en un momento explota.

    Durante el peronismo explotó. Cuando Alberto Castillo canta “Qué saben los pitucos, lamidos y sushetas...” está retrotrayendo la historia del tango 20 o 30 años. Lo que les está diciendo a sus bailarines, a los que bailan con su música , es “ojo, sepan de dónde vienen ustedes, no se dejen engrupir, el tango es una danza de salón pero ojo que venimos de las orillas”. Es interesante cómo, en algún sentido, al tango nunca se lo domestica del todo.

    "En los ´20 el tango se come todo"

     A la vez los años 20 son la clausura de una época ahí ya nadie baila polka o mazurca muy populares en 1880 y 1890. En los 20, el tango se come todo. Se come esas danzas. No al jazz. Y en parte se las come, creo yo, porque aparece el tango canción. Si no hubiera aparecido, tal vez hubiéramos tenido todavía ese repertorio "variopinto" de danzas. 

    Además están los hijos de los inmigrantes para los años 20, que son más tangueros que los padres en muchos casos. Las historias de vida de esa generación, la de Piana, o la de De Caro, que era un poquito más grande, casi todas están marcadas por la brecha generacional.

    El muchacho que quiere formar una bandita de rock en los 60 tiene muchas similitudes con el muchacho que quiere tocar tango en los 20. Pero incluso el corte es más violento en los 20. Porque la familia en los años 60 ya no es tan autoritaria como la familia en los 20. Yo no conozco historias de hijos que hayan dejado de hablar con sus padres veinte años por querer formar una banda de rock. 

    Ya forma parte un poco del relato romántico del tango: el reencuentro del padre con el hijo consagrado, tocando tango con una orquesta de noventa profesores. Lo vemos en Canaro, en De Caro. La “gran orquesta”. Quizás el último representante de esa ambición clasicista en términos musicales sea Mariano Mores. Cuando lo entrevisté para el libro de Discépolo, Mores decía “sí, quise llevar el tango a un nivel superior, siempre quise elevar el tango”. Muchos de esos maestros podrían haberse dedicado tranquilamente a la música académica.

    En los 20 y 30 es muy fuerte el sinfonismo tanguero. En parte, por influencia de la música académica. En el jazz también se da con Paul Whiteman, eso de redimir la música orillera vistiéndola con las mejores galas. La música clásica es la gran música. En las entrevistas a los tangueros de esa época se ve que estaba la gran música y la música popular. El epígrafe que utilicé para el libro Cien años de música argentina es de Julio de Caro y dice “Mi deseo era que los conocimientos que había adquirido en el conservatorio se amoldaran a las emociones que había recibido en la calle”.

    ¿Cómo hacer para convertir la emoción de la calle en una música artística. No una música que sólo se baila, que acompaña las labores de los laburantes del Mercado de Abasto, que enamora a las chicas en su casa con la vitrola, sino una música que tenga un valor artístico sin olvidar esa emoción y ese arraigo?

     Rodolfo Valentino
    Con Rodolfo Valentino se afirma el star system y el latin lover. Que van a tener una prolífica trayectoria en la cultura de masas internacional. Efectivamente, los estrenos de Valentino causaban furor. No sólo en los varones, sobre todo en las mujeres. Hay un ídolo que atrae a las mujeres, que perturba a los varones, que genera incomodidad. Valentino baila tango, a su manera. Nosotros diríamos que lo hace “mal”. Pero, a la manera Valentino, lo baila y lo promociona a nivel mundial. Los argentinos de esta época son hijos de Valentino.

    La sexualidad en los años 20 también explota. Las flappers americanas con el cabello corto se suben el ruedo de las polleras. Las mujeres empiezan a tomar whisky, empiezan a fumar, en algunos países a votar. Esta revolución de las costumbres femeninas, del lugar de la mujer en la sociedad, de alguna manera está traccionada por artefactos culturales, y las películas de Valentino evidentemente cumplen un rol importante. 

     Si no se hubiera dado la tangomanía en los años inmediatamente anteriores a la Primera Guerra Mundial, si los criollos de Argentina no hubieran “hecho la América” en Europa y Estados Unidos dando clases de tango y no se hubiera producido esa expansión, Valentino hubiera bailado otro ritmo en la película.


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