"A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires: La juzgo tan eterna como el agua y como el aire."
Jorge Luis Borges en Fundación Mítica de Buenos Aires

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El fraseo musical del tango

Sentimiento      2023-01-31 21:09:36


¿Qué hace a una música bailable?

Baile de tango      2022-05-10 22:56:13


Del escriba

Sentimiento

Cuatro mujeres, jóvenes ellas, que corporizan a cada una de las estrellas de nuestra mítica Cruz del Sur. El poeta dice que nacieron en Buenos Aires y en cuatro barrios distintos de la ciudad.

¿Quién es poeta que escribió estos bellos versos?

Sí, acertaste: Horacio Ferrer.

Dicen que la cruz del sur,
Que es mujer y que es porteña,
Quedó un día embarazada,
Fecundas sus cuatro estrellas.

Y se cuenta, en buenos aires,
Que la cruz alumbró en tierra,
Y que tuvo cuatro hijas,
Lindas las cuatro, y tan hembras.

Cada una con su luz
Vivió y amó a su manera.
Las cuatro, por cuatro rumbos,
Sembraron cuatro leyendas.

Una estrella entre los dientes
Y una cruz en la pollera,
Hijas de la cruz del sur...
- madre cruz, ¿qué ha sido de ellas?

Una fue de mataderos,
Del barrio de piedrabuena.
Trigueña, creció en invierno,
Tan romántica y tan rea,

Que le bailaban un tango
Los pechos tras la pechera;
¿qué varón dejó en su boca
Llagas de mala ginebra?

Cuando se fue, parecían
Dos mariposas en guerra
Canyengueándole en la cara
Las ojeras, las ojeras.

 

Una estrella entre los dientes
Y una cruz en la pollera,
Hijas de la cruz del sur...
- madre cruz, ¿qué ha sido de ellas?

Del barrio de los olivos,
Entre el río y las barreras,
Dicen que fue la segunda,
La que creció en primavera.

Era rubia y estudiante
De filosofía y letras,
Y le andaban las gaviotas
Checheándole la tristeza.

Enamoró a un pescador,
Y en una tarde de aquellas,
Fueron los dos río adentro,
Fueron los dos muerte afuera.

Una estrella entre los dientes
Y una cruz en la pollera,
Hijas de la cruz del sur...
- madre cruz, ¿qué ha sido de ellas?

La tercera de barracas:
Santo domingo y madera.
Tenía el pelo tostado
Del verano en que naciera.

Cuentan que andaba vestida
De pólvora y de banderas,
Que fabricaba estandartes
Pelirroja y guerrillera.


Dicen que amó a un anarquista
Soñador del año treinta,
Y que una noche muy zurda
Cayó con las balas puestas.

Una estrella entre los dientes
Y una cruz en la pollera,
Hijas de la cruz del sur...
- madre cruz, ¿qué ha sido de ellas?

Nació en otoño, la cuarta,
Por pueyrredón y las heras.
Le quedó el pelo cenizo
Y los días con pereza.

Cuentan que amó hasta dolerse,
Que su beso era una fiesta
Melancólica, lo dicen
Los poetas, los poetas.

Su amor se llenó de lluvia
Y su whisky de hojas secas.
Ya la nombran las campanas
Del pilar, por recoleta.

Cada una con su luz
Vivió y amó a su manera.
Las cuatro, por cuatro rumbos,
Sembraron estas leyendas.

Una estrella entre los dientes
Y una cruz en la pollera,
Hijas de la cruz del sur...
- madre cruz, ¿qué ha sido de ellas?

 
   
   

El grupo denominado Asociación de Tangueros del Ecuador, entidad sin fines de lucro, envió a Tomás Buenos Aires un entrañable mail en el que ofrece nada menos que un intercambio de tango y tangueros entre Quito y Buenos Aires. La propuesta ya fue publicada por esta página hace unas semanas y está a la espera de tangueros con inquietudes de sumar a la internacionalización de la música de Buenos Aires.

El mail de esta asociación ecuatoriana, firmado por Roberto Cogno como tesorero de la entidad, detalla textualmente que “somos una Asociación de Tangueros del Ecuador (ecuatorianos, argentinos, españoles, franceses, colombianos, etcétera), que desearíamos tomar contacto con asociaciones del mismo estilo, que amen el tango, que no vivan de él, sino para él ¡¡¡¡ que no persigan fines de lucro y que deseen conocer personas y lugares diferentes e intercambiar vivencias relativas a nuestra pasión común” el 2x4.

La comunicación abierta a todos avanza a proponer: “concretamente, ofrecemos recibir a unas 10-15 personas (parejas o individuos) en nuestras casas, albergarlos gratuitamente durante una semana-10 días, presentarles los lugares milongueros de Quito, invitarlos a las milongas locales, intercambiar ideas, movimientos, cursos de tango y, además, si interesa, organizar uno o dos tours turísticos alrededor de Quito (tiene zonas de volcanes o de inicio de selva tropical, muy bonitos)”.

Luego la entidad solicita como “contraparte que el mismo grupo que recibiríamos en Quito organice algo parecido en Buenos Aires. Si la idea les interesa, a ustedes o a otra Asociación de su conocimiento con las características mencionadas, estamos a su disposición para entablar una relación tanguera y amigable. Saludos cordiales y tangueros”.

Por empezar, la comunicación recibida es reconfortante para el tango argentino. La fuerza del género alcanza para resonar en Ecuador, achicando las distancias y borrando las fronteras políticas y culturales entre esa nación andina y la Argentina rioplatense, traducida en una invitación de intercambio a paladear un mismo gusto musical.

En segundo término, la invitación habla de inventiva para jerarquizar y optimizar la difusión del tango fuera de Buenos Aires, dando el primer paso para propiciar un camino cultural de ida y vuelta que, además de lo estrictamente artístico, produzca “el conocimiento de personas y lugares diferentes” de ambos países como lo define el tesorero Cogno en su misiva.

Tomas Buenos Aires se hace eco de esta iniciativa y la traslada a sus seguidores para que, ojalá así sea, se establezcan los mecanismos que permitan ese intercambio de tango y gente de tango entre sudamericanos. Este sitio se ofrece como puente de esta enorme posibilidad, abriendo sus páginas a los contactos de acercamiento y, por otra parte, deja a los lectores las direcciones de contacto con la Asociación de Tangueros del Ecuador, para quienes deseen comuncarse directamente: deben dirigirse al mail Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y ala telefóno en Quito 00 593 2 225.8884.

La próxima semana comienza un nuevo ciclo del taller de letrística “Homero Expósito”, que funciona y auspicia la Academia Nacional del Tango en su tradicional edificio de avenida De Mayo 733, es decir en los altos del “Café Tortoni”.

En este ámbito se forma técnicamente al letrista de canciones, con orientación definida hacia el tango, la milonga y el vals ciudadanos a través de clases teóricas y disertaciones a cargo de músicos y poetas de la actualidad.

Se trabaja en cinco los niveles de aprendizaje y últimamente se ha consolidado un Espacio Creativo Permanente a cargo de Bibi Albert.

La inscripción está abierta a quienes sientan el “bichito” de la creación poética y cancionística pidiendo atención en cuerpo y alma. Para comenzar a saciar esa inquietud, dirigirse a la sede de la Academia Nacional del Tango de lunes a viernes de 16 a 20, o comunicarse telefónicamente al 4345-6967/8 interno 34.

 Si hay una descripción de la papusa en la que prendió la ambición por el dinero y, por consiguiente, el lujo, dos impostores que brillan sin promesa de duración en los escenarios de la noche y que se florean mientras dura la belleza y la juventud de la mujer, es la que vas a leer aquí abajo. Leé despacio, te va a llegar.

 

 

"Muñeca, muñequita que hablás con zeta

y que con gracia posta batís mishé;

que con tus aspavientos de pandereta

sos la milonguerita de más chiqué;

trajeada de bacana, bailás con corte

y por raro snobismo tomás prissé,

y que en auto camba, de sur a norte,

paseás como una dama de gran cachet.

 

Che papusa, oí

los acordes melodiosos que modula el bandoneón;

Che papusa, oí

los latidos angustiosos de tu pobre corazón;

Che papusa, oí

cómo surgen de este tango los pasajes de tu ayer...

Si entre el lujo del ambiente

hoy te arrastra la corriente,

mañana te quiero ver...

 

Milonguerita linda, papusa y breva,

con ojos picarescos de pippermint,

de parla afranchutada, pinta maleva

y boca pecadora color carmín,

engrupen tus alhajas en la milonga

con regio faroleo brillanteril

y al bailar esos tangos de meta y ponga

volvés otario al vivo y al rana gil".

 

Como lo sabés, o a esta altura lo imaginas, estos versos pertenecen al tango "Che papusa oí! con letra del grande Enrique Cadícamo y música de Gerardo Matos Rodríguez, sí el mismo de "La Cumparsita". Es la que podés escuchar en la versión memorable, por ejemplo, de Julio Sosa con la orquesta de Lopoldo Federico, cuando ambos transitaban su plenitud artística.

 

Este tango se estrenó en Buenos Aires en 1927 y es otra muestra de la artesanía letrística y musical como componentes que confluyen para crear una pieza musical popular. Artesanía que, como todas, van muriendo de olvido en un mundo apurado. 

 

El título salió de la boca de quien posiblemente sea hoy un ícono viviente de la poesía tanguera porteña. Con 77 años insistió en que "Shakespeare era tanguero, porque sabía del hombre".

 

Este parentesco entre el tango y el genial dramaturgo inglés, es definido por el poeta y escritor rioplatentense al señalar que de la misma forma que el género musical de Buenos Aires, "Shakespeare, era un tremendo conocedor de la naturaleza humana".

 

Y sorprendentemente acotó que "Shakespeare era incluso más atorrante" que muchos de los autores tangueros.  

Así lo aseguró ante un medio español durante un viaje a la península ibérica, donde anunció que podía sostener lo que decía con autoridad, al anunciar que precisamente está escribiendo un libro sobre Shakespeare.

 

Horacio Ferrer amplió sus conceptos al afirmar que "el tango puede hablar de todo, de Dios, de cualquier cosa, del amor triunfal o de las cosas hechas añicos" y es por esto que “el género no podrá extinguirse nunca, porque las emociones no se extinguen”, ilustró.

 

Finalmente consideró que no solamente por esto el tango no corre peligro de extinción, “tiene muchas defensas, porque abarca cuatro formas de arte: el baile, la música, el canto, la letra” puntualizó. Y luego ejemplificó: "ni Frank Sinatra, con todo su sarcasmo, podría haber cantado un verso como ´si hasta el pelo de las manos, de la bronca me arrancó´”.

Noticias

      2017-08-01 18:45:33  

    De www.diariopopular.com  -  Caminito que el tiempo ha borrado/ que juntos un día nos viste pasar...”. Uno lee la letra, tararea la música y piensa en ese rincón de La Boca, pero... Juan de Dios Filiberto (1885-1964), cuyo nombre real era Oscar Juan de Dios Filiberti fue un extraordinario guitarrista, armonista, pianista, compositor y director que vivió en La Boca. Lle puso música al tango Caminito, escrito por el riojano Gabino Coria Peñaloza. Filiberto además le puso música a Quejas de bandoneón, El pañuelito, Malevaje, Clavel del aire y otros clásicos. Además creó la Orquesta Nacional de Música Argentina que hoy lleva su nombre.

    Walter Piazza, Secretario del Consejo Directivo de la Academia Nacional del Tango, académico y cofundador de esa entidad junto con Horacio Ferrer en 1990, le contó a Porteño del Sur detalles de Caminito y de la vida de Juan de Dios Filiberto: “Lo que yo sé tras haber investigado es que todo conduce a dos historias diferentes, la del porteño Juan de Dios Filiberto y la del riojano Gabino Coria Peñaloza. Esos versos remiten, si uno escucha la letra y la analiza, a un caminito que corresponde a un paisaje que nada tiene que ver con La Boca”.

    “Coria Peñaloza era un poeta riojano bien alejado de Buenos Aires, no era Homero Manzi, que si bien había nacido en Santiago del Estero, a los 6 años ya estaba viviendo y estudiando en Buenos Aires. Entonces Manzi sí percibía desde pibe lo que era la ciudad entonces le cantó con sus versos más sentidos, sobre todo al sur... Boedo, Pompeya. Pero Coria Peñaloza escribió pensando en un posible recorrido que hacía para visitar a algún amor adolescente o juvenil de sus pagos”, agregó.

    Piazza concluyó: “Eso, puesto en la música de un porteño como era Juan de Dios Filiberto y explotado por ese sector del camino que va del Riachuelo a las vías del ferrocarril en la Boca, dio lugar a que durante muchos años se considerara al Caminito de La Boca como al de la letra de la canción. Ese es el Caminito de Filiberto, pero nada tiene que ver con la letra. La genial lírica y música de Filiberto la pone a disposición de ese lugar del que nunca se fue. Porque él nació, vivió y murió en La Boca. Jamás se fue para el centro de la ciudad como muchos otros. Siempre ahí rodeado de la mística, de Quinquela Martín y de otros amigos. Entonces son dos Caminitos diferentes: uno, el musical, el turístico y que explota el barrio; el otro, la verdadera historia del que caminaba el poeta. ‘Con juncos en flor’, dice. ¿Qué junco en flor hay en La Boca? Ninguno. Empedrado y vías del ferrocarril”.


      2017-06-08 22:03:26  

    Desde Marsella, Francia, distinguieron a Julio Dupláa, un histórico argentino de la danza del tango y la milonga, al calificarlo de "persona emblemática de la Ciudad de Buenos Aires". La Asociación Les Trottoirs de Marseille así lo consideró en una nota fechada el 1° de junio último a esta ciudad, firmada por Michel Raous, presidente de la asociación y Marcelo y Giorgia Guardiola, maestros de tango de Les Trottoirs de Marseille.

    Dice textualmente la nota:
    "Desde Francia hacemos voz para expresar nuestra gratitud y transmitir nuestra admiración por el Maestro Julio Dupláa quién desde su nacimiento respira tango.

    Nacido en el porteño barrio de Villa Urquiza declarado «Capital del Tango bailado» impulsado por el mismo Dupláa y cuna de tantos magnificos bailarines y milongueros, don Julio supo conocer el tango en el antiguo y prestigioso Club Sin Rumbo. Desde niño miró y escuchó las orquestas, de adolescente bailó su música y de hombre organizó milongas; toda una vida dedicada a nuestro tango y a nuestra ciudad ya que en la actualidad toda Buenos Aires respira su presencia, refleja su personalidad y vive su dedicación organizando eventos, cuidando el trabajo de los bailarines y dando clases que trasmiten sabiduria y vivencias.

    Por esto y muchas cosas más  el Maestro Julio Dupláa es una persona emblemática de la Ciudad de Buenos Aires. Nuestros más sinceros saludos".

    Tomás, el Buenos Aires, felicita a través de esta página a Julito Dupláa, amigo y, como dicen los franceses, un emblemático del tango bailado. Aunque él se cite cada vez que puede de "apenas un milonguero".

    Foto (Gentileza revista "La Milonga"): Julio Dupláa (derecha) en trámite de alguna tropelía con Tomás, el Buenos Aires.

     

     


      2016-11-24 20:18:14  

     "Trago amargo alcanzó el éxito el día de su estreno en 1925 con la letra de Julio Navarrine (1889-1966) y la música de Rafael Iriarte (1890-1961). ¡Esplendorosa época del tango-canción! “Lealmente, ´Trago amargo´ no era un tango de excepción, sino simplemente un tango exitoso. Su letra es de un tinte melodramático campero, de fácil sentimentalismo. La mejor virtud de su música era no alardear de ninguna: dejar que la opinión del oyente reafirmara su origen: ‘el tango de un guitarrero’. También queda dicho que era ´un sencillo y bien sonante tango´, según el sin par Francisco García Jiménez en su insoslayable libro ´Así nacieron los tangos´, Ediciones Corregidor, Buenos Aires, 1980.

    Si reflexionamos acerca de los versos de Navarrine, quien junto a su hermano Alfredo fue un admirable propulsor de los primerísimos cuadros folclóricos teatrales –y autores ambos de sendos tangos muy celebrados por el público–, habrá que resaltar cómo se habían condicionado al tema musical merced a una especial puja de frases imperativas: “¡Arrímese al fogón, viejita, aquí a mi lado!/ ¡Ensille un cimarrón, para que dure largo! ¡Atráquele esa astilla, que el fuego se ha apagado!/ ¡Revuelva aquellas brasas y cebe bien amargo! ¡Alcance esa guitarra de cuerdas empolvadas,/ que tantas veces ella besó su diapasón!”.

    El tango tuvo su estreno en el porteñísimo teatro ‘Maipo’ durante una de las temporadas de ‘revistas’, a mitad de los años veinte del pasado siglo. ¡Quién vería a aquel gaucho melodramático, dirigiéndole toda la ristra de mandatos a la madre, reservándose para él, por toda faena, el empinarse el codo con la botella de caña! Y la pobre vieja –de acá para allá, como maleta de loco– sin saber si arrimarse al fogón, si ensillar el cimarrón, si atracarle la astilla al fuego y revolver las brasas, si alcanzarle la guitarra o arrancarle primero la cinta, si secarse las lágrimas, si volver a cebar al “amargo” o bien si –ya exhausta–, después de buscar un crespón para la guitarra, inclinarse, al fin, ante la Virgen…"

    En fin, sintetiza ahora Tomás, el Buenos Aires, sobre este tango: un "Trago Amargo"... ¡para la pobre vieja!,

    De paso: El músico Rafael Iriarte fue un laburante de la guitarra en el tango. Nacido en un barrio del sur porteño, su fogueo artístico se dio en los cafés con música de la calle Corrientes. Después, llegó el espaldarazo en los teatros ‘Nacional’ y ‘Apolo’, ‘Porteño’ y ‘Empire’. Iriarte acompañó a una galaxia de cancionistas y cantores como Saúl Salinas, Rosita Quiroga y Agustín Magaldi, también a Charlo, Ignacio Corsini y Libertad Lamarque. Por su inquietud y ojos vivos, a Iriarte lo apodaban ‘El rata’.

    -Fragmento de la nota de Isaac Otero en el sitio "Crónicas de la Inmigración", setiembre de 2016-


      2016-11-21 19:28:06  

    A Pablo Agri lo esperó un violín en la cuna y a los diez años le pidió a su papá que lo inscribiera en un conservatorio. Su papá fue, nada menos que el rosarino Antonio Agri, juntamente con Elvino Vardaro y Mario Franchini, los tres violinistas más importantes del tango.

    Destaca que hoy encuentra a "muchos jóvenes  buenos instrumentistas y compositores que toman el tango con la seriedad que merece y que siguen estudiando". En cambio, Pablo advierte que "no me gustan definitivamente las imitaciones, las orquestas que ´tocan como´, ¡eso no me gusta! Digo que hay que aprender todos los géneros pero no imitar a nadie" sentencia.

    Aclara que "empecé con la música clásica para diferenciarme de mi viejo... Nací en el 68, año que se estrenó la operita "María de Buenos Aires" de Piazzolla y mi viejo ya era muy popular. Pero sin duda lo mío es el tango desde la cuna, o antes de ella y, hasta hoy, mi mejor manera de expresarme es nuestra música". Tanto es así que tocó, por ejemplo, con Mariano Mores y Horacio Salgán pasando por Néstor Marconi, Susana Rinaldi y Osvaldo Berlingieri. Es integrante de la Orquesta Sinfónica Nacional desde 1992, tomó clases con el maestro Szymsia Bajour; fue becado por la Fundación Antorchas para estudiar en el Conservatorio Edgard Varese, en Francia. En el 99 fue violín solista del show "Tango argentino" en Broadway (Nueva York).

    Este año fue el músico argentino que tocó por primera vez tango en vivo en una de las siete maravillas del mundo, los palacios de la Alhambra en Andalucía, España. Además, junto a sus compañeros formaron junto a la orquesta de la Casa Argentina en París, integrada por una belga, tres franceses, cuatro argentinos, una japonesa, un chino, y una violinista rusa, todos jóvenes. "Esto nos dice claramente que el tango es universal y se toca en todos los idiomas" reflexiona finalmente este también joven, que aporta un violín de conservatorio consagrado a la música que identifica al país.

    -Esta nota toma fragmentos de un reportaje realizado por el diario "La Capital" de Rosario-.


      2016-09-21 19:58:17  

    Sergio Pujol es joven, filósofo, docente y con varios libros en su haber, investiga a las danzas sociales y concedió hace unos días una nota al diario "La Izquierda" donde afirma que la década del ´20 marcó un antes y un después de la cultura argentina marcada decididamente por la eclosíon del tango. Aquí la nota:

    Comienza Pujol señalando que recien a mediados de los años ´20 "tenemos a Gardel con un porcentaje dominante de tangos en su repertorio; viene de cantar estilos, milongas. Canta en esos momentos foxtrot, shimmy, alguna que otra rumba.  Por lo tanto no se puede decir que el tango a principios de los 20 fuera el epítome de lo argentino y de lo nacional. Más bien se va ganando ese lugar. Las críticas que se hacen al tango hasta el año 30 inclusive, no son tanto acerca de su supuesto origen prostibulario, de mala vida o pecaminoso, sino que es una música que no representa la totalidad de la Argentina. Es una música de puerto que se ha consolidado a partir del aporte inmigratorio decisivo en el lenguaje, tanto en las letras, con la presencia del lunfardo, como en la música.

    Lo mismo pasa con el samba en Brasil, con el son en Cuba. Hay un momento en que estas músicas, muchas con una fuerte impronta afro, se convierten en emblemas nacionales. Eso pasa entre los 20 y los 30. Pasan de ser músicas orilleras, con una fuerte connotación de clase, a representar al país. En ese tránsito depuran su forma pero hay algo de la condición de clase que queda. Y en un momento explota.

    Durante el peronismo explotó. Cuando Alberto Castillo canta “Qué saben los pitucos, lamidos y sushetas...” está retrotrayendo la historia del tango 20 o 30 años. Lo que les está diciendo a sus bailarines, a los que bailan con su música , es “ojo, sepan de dónde vienen ustedes, no se dejen engrupir, el tango es una danza de salón pero ojo que venimos de las orillas”. Es interesante cómo, en algún sentido, al tango nunca se lo domestica del todo.

    "En los ´20 el tango se come todo"

     A la vez los años 20 son la clausura de una época ahí ya nadie baila polka o mazurca muy populares en 1880 y 1890. En los 20, el tango se come todo. Se come esas danzas. No al jazz. Y en parte se las come, creo yo, porque aparece el tango canción. Si no hubiera aparecido, tal vez hubiéramos tenido todavía ese repertorio "variopinto" de danzas. 

    Además están los hijos de los inmigrantes para los años 20, que son más tangueros que los padres en muchos casos. Las historias de vida de esa generación, la de Piana, o la de De Caro, que era un poquito más grande, casi todas están marcadas por la brecha generacional.

    El muchacho que quiere formar una bandita de rock en los 60 tiene muchas similitudes con el muchacho que quiere tocar tango en los 20. Pero incluso el corte es más violento en los 20. Porque la familia en los años 60 ya no es tan autoritaria como la familia en los 20. Yo no conozco historias de hijos que hayan dejado de hablar con sus padres veinte años por querer formar una banda de rock. 

    Ya forma parte un poco del relato romántico del tango: el reencuentro del padre con el hijo consagrado, tocando tango con una orquesta de noventa profesores. Lo vemos en Canaro, en De Caro. La “gran orquesta”. Quizás el último representante de esa ambición clasicista en términos musicales sea Mariano Mores. Cuando lo entrevisté para el libro de Discépolo, Mores decía “sí, quise llevar el tango a un nivel superior, siempre quise elevar el tango”. Muchos de esos maestros podrían haberse dedicado tranquilamente a la música académica.

    En los 20 y 30 es muy fuerte el sinfonismo tanguero. En parte, por influencia de la música académica. En el jazz también se da con Paul Whiteman, eso de redimir la música orillera vistiéndola con las mejores galas. La música clásica es la gran música. En las entrevistas a los tangueros de esa época se ve que estaba la gran música y la música popular. El epígrafe que utilicé para el libro Cien años de música argentina es de Julio de Caro y dice “Mi deseo era que los conocimientos que había adquirido en el conservatorio se amoldaran a las emociones que había recibido en la calle”.

    ¿Cómo hacer para convertir la emoción de la calle en una música artística. No una música que sólo se baila, que acompaña las labores de los laburantes del Mercado de Abasto, que enamora a las chicas en su casa con la vitrola, sino una música que tenga un valor artístico sin olvidar esa emoción y ese arraigo?

     Rodolfo Valentino
    Con Rodolfo Valentino se afirma el star system y el latin lover. Que van a tener una prolífica trayectoria en la cultura de masas internacional. Efectivamente, los estrenos de Valentino causaban furor. No sólo en los varones, sobre todo en las mujeres. Hay un ídolo que atrae a las mujeres, que perturba a los varones, que genera incomodidad. Valentino baila tango, a su manera. Nosotros diríamos que lo hace “mal”. Pero, a la manera Valentino, lo baila y lo promociona a nivel mundial. Los argentinos de esta época son hijos de Valentino.

    La sexualidad en los años 20 también explota. Las flappers americanas con el cabello corto se suben el ruedo de las polleras. Las mujeres empiezan a tomar whisky, empiezan a fumar, en algunos países a votar. Esta revolución de las costumbres femeninas, del lugar de la mujer en la sociedad, de alguna manera está traccionada por artefactos culturales, y las películas de Valentino evidentemente cumplen un rol importante. 

     Si no se hubiera dado la tangomanía en los años inmediatamente anteriores a la Primera Guerra Mundial, si los criollos de Argentina no hubieran “hecho la América” en Europa y Estados Unidos dando clases de tango y no se hubiera producido esa expansión, Valentino hubiera bailado otro ritmo en la película.